Centro de salud Zarate, en San Juan de Lurigancho

Esta es la  historia de un padre, que salió muy molesto.

Busca atención por emergencia en la centro de salud, le evalúa una señorita que llama de inmediato al médico encargado.

Le revisa con la mirada y dice, “no es una emergencia, que saque su consulta por consultorio”.

Para los padres toda situación de salud de sus hijos, es una emergencia, decide adecuarse al sistema y procede a solicitar una consulta para su  hijo.

Busca al responsable y le contestan que las citas se solicitan un día antes, entonces le dice:

Deme una consulta para mañana.

Las consultas para mañana se agotaron, responde el trabajador.

Entonces qué debo hacer le dice el padre angustiado.

Vuelva mañana por la mañana  temprano para solicitar la consulta para pasado mañana.

El padre peor que sorprendido y sin ganas de pelear, por el estado de su hijo, decidió irse sin más que decir, lamentando la mala suerte de haber caído en las redes del sistema.

Este problema, que se multiplica cada día, no tiene nada que ver con presupuestos, puestos de trabajo, infraestructura, déficit de equipos médicos, razones que esgrimen los profesionales de la salud en cada huelga que defienden. Un poco de voluntad puede solucionar muchos problemas en salud, en este caso según el padre de la historia, eran las cuatro de la tarde y los consultorios estaban vacíos, sin pacientes.

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